Fashion Week

historia de la moda

Desde tiempos inmemoriales hemos tenido la necesidad de protegernos del clima y la geografía en la que habitamos.

Aunque hombres y mujeres primitivos pasaron largos años sin organizar un código civilizatorio sobre el vestuario y el calzado, todos, lentamente pasaron de ser sujetos desnudos, no por pudor sino por necesidad, a ser sujetos vestidos. Esta afirmación parece extraña si pensamos en la inclemencia del invierno o comparamos las distintas regiones del mundo, sus climas, geografías y culturas.

Si reflexionamos en la diversidad relacionada a una única necesidad real: cubrir o descubrir el cuerpo y protegernos, descubrimos que, gracias a este imperativo, nos encontramos con la creación de atuendos que narran la larga historia de la artesanal creación textil en medio de contextos históricos y geográficos diversos. 

Evolución de la Moda

Mujeres y hombres vestidos para llevar a cabo sus tareas en medio de las civis fue un acontecimiento de años y siglos en los que se fueron implementando códigos civilizatorios, reglas y jerarquizaciones para poder convivir.

Toda esa larga historia de construcciones ha sido reseñada en la historia del arte, de la arquitectura, de la belleza o la fealdad, de la moda y, sobre todo, en la historia del cuerpo porque éste ha sido el centro de los diseños y de los cambios de los paradigmas de la moda para emperatrices, emperadores, nobles y damas de la realeza en todos los territorios y épocas, así como de políticos, millonarios, personalidades, modelos, actrices y actores, cantantes, deportistas y de todo aquel que debe, con su atuendo, identificar, marcar el espacio, la época, la tarea, el rol que ocupa y en el que se desempeña. Pero sobre todo, es el cuerpo del sujeto que muestra los diseños que marcan el momento y que le adjudican un puesto en su mundo.

Para organizar y actualizar este rompecabezas considero necesario, para comenzar, acudir a, por lo menos, tres momentos del siglo XXI que forman parte del actual espacio de la moda de forma definitiva.

1. La innovadora exposición sobre la obra de Giorgio Armani que se llevó a cabo en el Guggenheim de New York en el año 2000.

2. La reapertura del Musée de la mode de la ville de Paris: Palais Galliera en 2020 después del reacondicionamiento y extensión del edificio.

3. Os narraré las relaciones que considero necesarias sobre la construcción de la Fundación Louis Vuitton porque nos conecta con el icónico momento de la construcción del Palacio de Cristal de Paxton para la inauguración de la gran exposición mundial de 1851 en Londres. 

Este tránsito nos llevará al gran paradigma actual de la moda eco, lo reciclable, lo sostenible y la pasarela virtual. 

Moda París vs moda New York para comenzar

Es indudable que París sigue siendo la capital de la moda, este puesto se lo ha ganado gracias a que en el siglo XX produjo desfiles, hábitos, espectáculo, moda, lujo que comenzaron con Rose Bertin (1747-1813) que fue la encargada del vestuario de la Reina María Antonieta de Austria (1755-1793) en pleno Versalles del Rey Louis XVI. 

Esta magnificencia del vestido continuará en el siglo XX con Paul Poiret, quien había trabajado en París con el exitoso inglés y padre de la Haute Coute Charles Frederick Worth (1825 – 1895). La propuesta de la moda parisina lleva implícita: herencia y elegancia lo que marca su saber hacer (savoir faire). 

Los años 20 y 30 son una marca indeleble en el largo camino hacia la consolidación de la industria de la moda. Nombres como Coco Chanel (1883 – 1971) quien impuso sencillez y le dio un giro a la manera de apreciar el cuerpo de la mujer, a la vez que la italiana Elsa Scchiaparelli (1890 – 1973) creaba su punto de vista a través de una indumentaria usada por actrices, deportistas, artistas que no hacía más que ampliar el alcance de la moda y la influencia de la misma en la vida cotidiana. 

Sin embargo, pese a este auge se impusieron las urgencias y las generalizadas penurias de la Primera y la Segunda Guerra  mundial por ello las fiestas fueron cada vez menos ostentosas, las fotografías fueron prohibidas, así que cada casa de moda comenzó a exhibir sus colecciones en privado, mientras que la Chambre Syndicale de la Haute Couture estipulaba los ajustes a 35 piezas mostradas de día y de noche. 

París estaba en un momento de vulnerabilidad hacia 1943 ya que los diseñadores de New York, guiados por Eleanor Lambert (1903 – 2003), quien ese año celebró la primera Fashion Week en New York, trabajaban incansablemente para consolidar su industria de la moda. No podemos olvidar que convergen muchas influencias y estilos entre ellos son representativos el jazz y el swing que alegraban las fiestas clandestinas y oficiales pero que también invaden la moda y las formas de mover el cuerpo europeo.

Sin embargo, ya Christian Dior (1905 – 1957) estaba activo. En 1947, él saca su primera colección, la cual ayuda a restablecer la calma en París. Con Corolle, Dior, focaliza la valía del buen gusto de lo que considera bello desde la Alta Costura. El cuerpo de la mujer vuelve a ser el referente del cambio al que se le impone un New Look con un adjetivo y un nombre: mujer flor.

Esta mujer de postguerra debe tener una cintura de avispa para lucir femenina, estética y elegante entre los trajes hechos con mucha tela y de gran amplitud. La inmensa revuelta comenzó para quedarse y, ya bien entrado el siglo XX, ocurrirá lo mismo con la moda Dior para hombres, pero aún no hemos llegado a esa pieza de este pequeño rompecabezas. 

PRET A PORTER y alta costura

New York tiene su estilo, eso ha quedado claro en el siglo XX.

New York es un epicentro del mundo y se llama: Big Apple y sobre todo en sus calles se respira, aún ahora que todo ha estado cerrado, somos New Yorkers por eso muy cerca de Central Park, en el Museo Guggenheim en el año 2000 se presentó la exposición retrospectiva sobre Giorgio Armani.

La presencia de inmigrantes italianos en la cultura de Estados Unidos ha sido representada en el cine (El Padrino, 1972, Goodfellas,1990, entre muchas otras), en la música (Madonna, Lady Gaga), en la vida cotidiana (Pizza para todos). El vestido como reliquia, como algo del pasado tiene su espacio en los museos pero no era así con los diseñadores vivos y mucho menos se le había permitido tener el estatuto de arte al vestuario que forma parte de la Alta Costura actual.

La exposición marcó un punto de inflexión en el sentido de que la Haute Couture puede ser una obra de arte y los diseñadores: artistas. Este hecho le permite a ambos inscribirse en la larga historia universal del vestido. La exposición de Armani tomó al Guggenheim con una esplendorosa colección pensada por el Director del museo Thomas Krens (1946) quien a su vez logró que el Museo, como espacio para exponer, se expandiera hacia otras regiones del mundo con nuevas colecciones y exposiciones itinerantes como es el caso del Guggenheim de Bilbao.

Sin embargo que el vestido, las colecciones y los diseñadores contemporáneos estuvieran en los museos era un hecho que ya había ocurrido en New York en 1983 con la exposición sobre Yves Saint Laurent (1936 – 2008) en el Metropolitan Museum. En esa ocasión la encargada fue Diana Vreeland (1903 – 1989). Diana Vreeland es una larga historia que comienza con la escritura en las revistas dedicadas a la moda como Harper ‘s Bazaar y Vogue New York para luego ser parte fundamental del Instituto del vestido del Metropolitan.

La historia de Vreeland es parte también de la ropa que llevaba Jackie Kennedy durante la conocida campaña presidencial porque, Vreeland, era su asesora. La trama que teje el vestuario en la vida activa estadounidense recorre los museos, las revistas, la Casa Blanca, los escenarios, los rodajes, le pone vida a los espectáculos, va a la calle más fácilmente gracias al Prêt-à-porter.

El Prêt-à-porter (listo para llevar) fue creado para todos. Esa estrategia se la debemos, en gran parte, a Yves Saint Laurent quien sabía que en la calle está la movida, la vida, otras formas de consumo y la venta al por mayor.  Esa moda lista para llevar y exhibida en las Fashion Week fue necesaria para diferenciar los diseños y esfuerzos que van implícitos en la Haute Couture –hecha a mano, a medida, a grandes costes y exclusiva- del otro acto creador, el del listo para llevar o Prêt-à-porter que se produce a gran escala siguiendo patrones fijos que facilitan la producción industrial y abaratan los costes. Pero esas características no hacen menos creativo el proceso para que cada año estén listas las propuestas de cada creador o creadora. 

Las diferencias son básicas entre lo que se vende para todos pero sigue siendo exclusivo, lo que visten las celebridades, qué lleva un cantante, quién es el fotógrafo que da vida a ese mundo, de dónde salen tantos paparazzis a molestar, dónde está el Hot sauce, es decir, la investigación: los colores y las líneas del tiempo, la tecnología disponible, la vida de las personas, los usos del vestuario hacia dónde quiero ir o influir, quién es el público, mi público, para qué crear y de esta manera las infinitas preguntas que se conectan constantemente en el acto creador. 

pasarelas de moda París-New York-Londres-Milán-Berlín-España.

La trama va recorriendo caminos y de pronto un desenlace que articula varios territorios e historias. La reapertura del Palais Galliera o mejor dicho: El Museo de la moda de París Palais Galliera es dirigido por Mirren Arzalluz (1973), una de las mujeres más destacadas de la moda y las Fashions weeks en España. Arzallus es un ojo educado para ver texturas, colores, líneas, espacios y tiempos porque es, ante todo, Historiadora del arte y una  pasarela para que Coco Chanel sea la representante mayor del Palacio Galliera. 

Actualmente, estamos frente a dos mujeres que han removido con sus trabajos el mundo de la moda. El legado de Channel es ampliamente conocido, pero uno de los trabajos museísticos, además de exhibir sus colecciones, es el de conservar el acervo que mantienen entre sus bienes. 

La primera exposición retrospectiva parisina sobre Chanel se titula: Gabrielle Chanel: Manifiesto de moda y tiene lugar actualmente en el Palais Galliera. Para esta exposición han contado con el soporte financiero, entre otros, de la Casa Chanel y han conseguido que museos del mundo, donde parte de la producción de la diseñadora parisina forma el acervo de los mismos, presten al Palais Galliera vestidos con los que se completa la muestra de 350 piezas. 

Channel es reconocida, una vez más, como una de las grandes figuras de la moda intemporal del siglo XX, pero también del siglo XXI puesto que la casa que lleva su nombre sigue activa celebrando, año tras año, la pasarela que lleva su sello y enaltece su nombre. 

El caso de Mirren Arzalluz es particularmente destacado porque es quien ha organizado el legado de Balenciaga, el reconocido diseñador de moda español contemporáneo en el territorio parisino de Coco Chanel, Christian Dior y de cada uno de los creadores que allí se desarrollaron durante el siglo XX o parte del mismo. 

El arco que articula Arzalluz con su presencia en el mundo de la moda recorre puntos fundamentales de ese quehacer: París-Londres-España y claro que irradia hacia Milán-Berlín-New York porque el mundo, aunque grande, vive en conexión estrecha, cada vez más evidente, gracias a nuestra forma de comunicación a través de las redes sociales.  

Insisto con Balenciaga porque Arzalluz mientras era responsable de la colección y las exposiciones de la Fundación Balenciaga escribía el libro: Cristobal Balenciaga la forja de un maestro (1895 -1936) con el que organiza las distintas formas como el vestido articula esferas de la vida cotidiana, pero también con su presencia impone que la mirada sobre la moda actual vea hacia España, hacia las Fashions Weeks españolas que es a lo que nos dedicaremos nosotros también. 

Por ahora os pido que guardéis en mente a la Fundación Louis Vuitton y sobre todo el nuevo paradigma que significa la moda sostenible, lo reciclado, los productos bio y el consumo consciente y la economía circular porque mientras avancemos por este Blog nos dedicaremos a temas que como bien vosotros intuís giran en torno a las Fashion Week en España.

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